sábado, 28 de febrero de 2015

LA CARTA

Era una mañana fría, no hacía mucho sol pero el clima era agradable.
 Me dirigía al centro de la ciudad.
 Al caminar observaba como la gente corría a sus compromisos, los niños a sus escuelas, los puestos ambulantes comenzaban a abrir. Seguí mi camino hacia el café-bar.
 Que siempre estaba acostumbrado a ir.
 Al tomar asiento pedí el menú para ver que me ofrecían.
 De momento me distraje y me desconecte de la realidad. Una voz tierna me preguntó:
-¿Qué desea tomar?-
Al verle su cara para hacer mi pedido, vi que era muy linda, aproximadamente de 18 años.
 Me quedé corto de palabras y le conteste:
-Haaa, quiero un café y donas, por favor,-
Cuando volvió con mi orden me sonrió de tal manera que me sentí algo apenado.
 Al retirarme del café-bar sólo pensaba en ella.
 Una y otra vez en su linda voz y su mirada alegre.
 A pesar de este episodio tan breve, paso por un momento en mi cabeza si la volvería a ver.

 Pasaron los días y ni aun así dejé de pensar en ella.
Eran muy pocas las veces que la veía, pero esas ocasiones las miradas de ambos se cruzaban siempre tratando de dar un mensaje, un aviso o un sentimiento.


No sabía si aquella joven sentía lo mismo que yo: amor que nació y que fue creciendo poco a poco.
 Cierto día en el que me encontraba por el parque, me tope con la muchacha, esta vez se veía más alegre.
 Se dirigió hacia a mí y me dijo:
-hola, te he estado buscando: es que la última vez que fuiste al café olvidaste tu libro-
 Apenado le conteste: -gracias y disculpa por las molestias que te cause.-
-no te preocupes- me contesto con risueño.
 Con el tiempo nos empezamos a conocer.

 Cada vez sentía yo que aquel sentimiento crecía y crecía.
Tuve que salir de la ciudad.
 Estuve fuera tres años.
 En donde todo ese tiempo pensaba en ella, su linda voz, su personalidad.
 Las cartas que le mandaba no tuvieron respuesta: así que por un tiempo me resigné.


Al llegar a mi ciudad lo primero que hice fue ir a buscarla, más no me daban razón de ella.
 Cuando creí que ya había perdido todo, a lo lejos vi aquella muchacha.
 Se veía diferente, la dicha que tenía desapareció, su belleza que la caracterizaba se estaba marchitando poco a poco.
 Me acerqué y le dije:
-hola, como estás-


Ella, con la poca alegría que tenía me contesto:
-hola, pensé que ya no volverías.-
Platicamos sobre lo que paso en todo este tiempo.
 Yo sentía que algo me ocultaba; trataba de saber más pero ella me lo impedía.
 Después de un mes estaba en mi trabajo.
Al ver en el periódico encontré en el obituario su foto y su nombre. Al leer quede impactado; sentía como si me cayera una cubeta de agua fría.
Me aislé por un tiempo del trabajo, mis amigos en fin de todo; las ganas de vivir se me habían ido.
Cuando todo estaba perdido tacaron a mi puerta.
Bajé y al abrir. Al ver al cartero me dijo:
-Esta carta tiene un mes que se la enviaron pero como no se encontraba apenas se la entregó.
-muchas gracias- le contesté.
 Extrañado por esto comencé a ver el sobre: no decía nada, no tenía la información que debería llevar una carta.
 La abrí, tome asiento y comencé a leerla…
Hola, espero que estés bien.
Yo ya no estoy aquí.
 Sabes es gracioso como suceden las cosas en esta vida.
 Desde que te vi por primera vez tuve la sensación que nunca había experimentado antes, sentí mariposas en mi estómago y siempre quería verte, cuando olvidaste tu libro me emocione porque sabía que tenía que volver a ver.
 Te quería decir lo que sentía por ti pero tuve miedo y mejor me calle. Fue estúpido no decírtelo.


Pero desafortunadamente te fuiste: te busqué y preguntaba por ti pero nadie me decía con exactitud en donde te encontrabas, nunca me resigne y espere a que volvieras.
Lamentablemente enferme: los doctores me detectaron leucemia. Todo mi mundo se vino abajo.
No sabía qué hacer; lo único que quería era verte y estar contigo, soñaba con el momento en que volverías pero me di cuenta de que ya no regresarías y seguí con la poca vida que me quedaba.
 El tiempo pasó.
Cada vez estaba más triste y débil, sabía que mi hora estaba por llegar.
Cuando te vi en el centro aquella vez, sé que notaste mucha diferencia en mí así que no te dije nada.


Lo último que puedo decirte es que realmente te quise.
 Que desde aquella vez en que te conocí me enamore de ti, no quiero que te culpes por lo que sucedió, ambos fuimos tontos.
 Sólo quiero que me prometas algo y quiero que seas feliz: siempre sonríe y demuéstrale a una persona que quieres lo que sientes, no calles y no cometas lo mismo que sucedió entre ambos porque yo sé que tú me quisiste y siempre lo sabré porque me llevaras en tu corazón y mente
Con amor: Lucía 
Al terminar de leer lloré y lloré como nunca lo había hecho. Me comprometí a cumplir la petición de Lucía: no volver a cometer el mismo error.

Cuantas veces pensamos que siempre ahí estarán nuestros seres queridos y mañana le daremos un abrazo, un beso unas palabras de amor. Y cuando ya queremos demostrar ese amor ya no están. Vive, ama y demuestra hoy no mañana... Por qué ese mañana es incierto. 

QUE RAZÓN TENÍAS PAPA

Qué razon tenias papá,
Cuando me dijiste que a mi edad
Aun no estaba preparado para controlar mi vida,
Que era yo muy joven,
Que esperara un poco más de tiempo
Y luego tú mismo me ayudarias a independizarme.
Y, sin embargo… preferí no escucharte…
Te dejé con la palabra en la boca,
Y me fuí de la casa,
Según yo, a comerme al mundo a rebanadas.


Repetiste una y otra vez que tú y mi mamá sólo querían lo mejor para mí,
Y que sus regaños no eran por desamor…
Trataste de explicarme que la comprension
No era darme siempre la razón;
Pero, a pesar de ello,
En muchas ocasiones preferiste ceder, y callar;
Con esa actitud tan consiliadora que adoptaba,
Con tal de que yo no cumpliera mis constantes amenazas,
Mientras yo los acusaba de ser los peores padres.

Qué razon tenias papá,
Cuando te acercaste a mí,
Y me suplicaste que viviera conforme a mi edad,
Porque la juventud es como un suspiro del alma,
Y cuando nos damos cuenta,
Los años nos llevan ventaja;
Me suplicaste que no abandonara la escuela
Porque de ello dependeria gran parte de mi vida en el futuro;
"no cometas el mismo error que yo, hijo",
Me dijiste en aquella ocasion,
Y sim embargo mi respuesta fue:
"tù que sabes de eso?
Lo que pasa esque tú ya estas viejo…
No se como no te cansas de estarme dando zermones"…
Fué por eso que, solo llegué hasta la secundaria…

Recuerdo que mi madre me sentó cariñosamente en sus piernas,
Y me habló de las mujeres,
Me explico que una relacion de pareja va más allá de la atracción fisica,
Y la pasión;
Platicó cómo se conocieron y la manera en que la conquistaste,
De la forma en que se ama a los hijos,
Del respeto hacia la esposa,
Y el cariño con el que se le debe tratar,
Y ya ves, papá,
Apenas cumplí la mayoria de la edad y me tuve que casar,
Por esa falta de responsabilidad…

Qué razón tenías papá,
Que antes de marcharme de la casa,
Intentaste detenerme,
Y con lágrimas en los ojos me aclaraste:
"algún día tú tambien serás papá,
Y podrás entenderme, hijo",
Y en pago a eso te miré fijamente a los ojos y te dije:
"yo sí seré un buen padre,
A mis hijos, no los estaré fastidiando tanto,
Dejaré que sean los que ellos quieran,
Y que sean felices",
Y en un tono más soverbio repetí:
"yo voy a ser mejor que ustedes".
Me aconsejaste que, pasara lo que pasara,
Viviera como viviera, nunca me humillara ante los demás,
Porque la dignidad no se vende, no se pierde,
Y hasta la libertad tiene sus límites,
Y apenas me sentí libre,
Aproveché para emborracharme con mis amigos hasta desfallecer,
Y desperté tirado en una calle, sucio, maloliente;
Me atreví a pedir limosna
Y ante la desesperacion se me hizo fácil robar,
Aunque me advertiste que mi enemigo no estaba en la casa,
Sino en las calles,
Disfrazado de falsos amigos,
Absurdos placeres y dinero manchado…

Qué razón tenías papá,
Cuando me adelantaste que si abandonaba el hogar,
Mi madre moriría de pena y tristeza,
Y yo qué hice… me burlé de tí,
Te aclaré que si eso sucedía sería por tu culpa,
Por la vida tan estricta que nos dabas,
Por las exigencias y por tu concepto de la disciplina y la responsabilidad,
Porque cuando llegabas a la casa hacias llorar a mi madre con tus ridículos obsequios,
Cuánto tiempo me tardé en comprender que esas lágrimas,
Eran de alegría, y no de dolor o tristeza…

Un día, me tomaste entre tus brazos y me dijiste muy quedito al oido
Esas cosas que aún gusrdo en mi corazón:
"ojalá nunca crecieras, hijo mío,
Ojalá siempre fueras mi pequeñito y yo siguiera siemdo tu héroe para toda la vida,
Imaginar, que siempre tendrás 6 años",
Pero ya ves, papá,
Hoy me arrepiento de todas esas palabras contra tí,
De mis actos que tanto te dañaron,
De tantas noches que te tuve a tí y a mi mamá en vela por no llegar de la fiesta,
De las mentiras malarmadas que inventaba con tal de no escuchar tus sabios consejos,
De recordar cómo te humillaste varias veces frente a mí,
Con tal de yo tuviera esa falsa razón;
De pisotear tu dignidad con mis gritos y reclamos,
Y cientos y cientos de reproches en contra de ese cariño incondicional…

Mírame ahora, papá,
Sentado en una sala de hospital,
Lleno de angustia,
Esperando noticias sobre la salud de mi hijo,
Ese… al que yo iba a educar…
Mejor que tú a mi,
Sí… también él se sintió grande,
A pesar de mis consejos decidió no escucharme y,
Hacer su propia vida como lo hice yo,
Le pido a dios que me ayude,
Y a tí, mi gran héroe de siempre,
Que ojalá me hayas perdonado… todo….
Me costó mucho tiempo, dolor, y sufrimiento,
Pero despues de tantos años,
Logre entender que por fin te amé, papá,
Más de lo que yo creía…
Qué razón tenías, papá…

Hermosa reflexión... Valoremos en vida a nuestro padre. Es muy común que después de que tenemos a nuestro primer hij@ sabemos lo que es el verdadero amor. Hoy y siempre te amaré Papá...
Un dulce beso al cielo!!!

viernes, 27 de febrero de 2015

Quédate

Quédate con quien conozca todos tus errores y aún así se dedique hacerte, sonreír 

Señor...

Señor...
Ayúdame a alcanzarte y tocarte; a mantener mis ojos puestos en TI y no en los problemas. 

Amiga...

Amiga...
La vida es muy corta para que pierdas el tiempo en un hombre que no escribe, un novio que no llama o un mujeriego que no cambia.

jueves, 26 de febrero de 2015

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¡Cuando los hijos mueren en su cuarto!

¡Cuando los hijos mueren en su cuarto! No dejes de leerlo por favor. Antes perdíamos hijos en los ríos, en los matorrales, en los ...