Puedes dominar a alguien, pero no conquistarlo.
Puedes mandar, pero no hacerte obedecer.
Puedes obligar a trabajar, pero no hacer producir.
Puedes obligar a comer, pero no ha sentir hambre.
Puedes obligar a pintar, pero no hacer arte.
Puedes obligar a que te elogien, pero no a que te admiren.
Puedes obligar a que te sirvan, pero no que te amen.
Puedes hacerte temer, pero no hacerte respetar.
Puedes aparentar, pero no convencer.
Puedes hacerte oír, pero no persuadir.
Puedes engañar a los demás, pero no a ti mismo.
Puedes escapar de la ley, pero no a la justicia divina.
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